22, 22, 22...
Es habitual que una editorial reutilice una traducción ya publicada pocos años antes; y también lo es que un traductor españolice los chistes intraducibles o simplemente se los invente


Pero eso sí, que sepa la editorial recicladora que si alguno de los componentes del mentado dúo tiene la mala idea de morirse entre edición y edición, el chiste ya no funciona como antes
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