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3/22/2005

Publicando, que algo queda

Mientras Planeta no hinque el diente de forma oficial y pública los derechos de DC en castellano, sigue habiendo en el aire esa sensación de que cualquier cosa que pulule por el mercado tiene visos de ser publicable. Obras que no hace tanto parecían perdidas para nuestro mercado o que su publicación era impensable, ahora es disputada por dos o tres editoriales. Si además cuentan con el gancho de algún autor conocido, su publicación será un éxito seguro. Pero ya no quedan tantas. De Alan Moore, por ejemplo, parece que lo único a lo que falta echar el lazo es a las tiras de Maxwell The Magic Cat con las que empezó en esto de la historieta, con tanto desacierto que tiró por el camino de los menos dotados: “si no sirvo para dibujante, lo intentaré con los guiones, que es sólo escribir”.

Otro mediático del que se ha publicado casi todo (casi todo lo que no es DC, claro) es Peter David. Y cuando se sepa quién retomará DC se le exigiran Aquamanes, Superguirles y Young Justices, al tiempo. Pero Peter tiene más cosa que puede ser pasto de cualquier editorial avispada. Dejando de lado la serie en curso de Soulsearchers para Claypool Comics, con 70 números ya a cuestas, Peter David ha escrito un número mítico de una serie pilar de este nuestro noveno arte: La Boda de Popeye. Algunos todavía pensaríais que se trataba de una leyenda urbana. El tebeo existe, Ocean Comics, 1999, helo aquí:


El tal David García de la Rosa de la portada no es ningún hot spanish creator, sino los apellidos de los autores. Pasa a veces, recuerdo que una vez una amiga me preguntó quienes eran Kelly García Thibert, de la portada un X-Men, y Harris Pollina Morales, de una de X-Force.


Popeye en comic book, y en color gracias al seperater. Dave García (vaya, no se llama David sino Dave, el cachondo) da además a Popeye una imagen como en Adlo! nos gusta. Si además el ojo tuerto fuera cambiando de posición y brillando sería lo más. Observad lo bien que sienta a este pseudoUltimate Popeye las líneas cinéticas.

Aunque el que realmente nos gusta en nuestra desorganización es Brutus. Mirad, mirad, cuantos dientes y ese cuello saludablemente musculado. Testosterona al poder.




Como en las aventuras clásicas, Brutus es el motor de la aventura, sin él la verdad es que la serie sería bastante aburrida. Aquí le tenemos raptando a Olivia (¡aunque yo prefiero llamarla Rosario! Rosario, Pilón, Cocoliso... que traducir no es pasar una palabra a otra y chispún). Y raudo y presto acude su galán junto con varios secundarios para hacer una doble splash page. Que estas cosas en aburridas tiras no se pueden hacer y hay que aprovechar ¿Qué qué ven Popeye y Brutus en Rosario para disputársela de esa forma durante años? Recordad, es un tebeo, suspension of disbelief, Superman vuela, Spiderman trepa por las paredes, Rosario es atractiva…(y no, no sabemos su talla de sujetador)


Tras aburridas páginas de planteamiento y nudo, llega el momento importante, el de la pelea, en el que Peter David nos regala un momento Bendis en la composición de viñetas, sazonado con una última frase de Popeye que bien podría firmar Groo.

¿Quién gana la pelea? Para saberlo hacer clic aquí, que puede haber gente que le pueden sentar mal los destripes incluso en un tebeo titulado La Boda de Popeye y Olivia. Hablando de boda, aquí tenéis la mítica escena.


Emoción y sentimiento que David rompe con una fina y sutil escena cómica.


¿Quién se lleva el ramo de la novia y qué hace con él? Pues clicad aquí para saberlo.

Y más o menos esto es todo. Sólo resta esperar que algún editor se anime, con algo de suerte igual termina saliendo en tapa dura en una de esas Bibliotecas Grandes del Cómic que ahora son grandes. Como decía al principio, mientras no se produzca EL cambio en el panorama, todo es publicable. Es buen momento, aprovechAdlo!

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