Otra vez Alan Moore

Otra vez se enfadó. Otra vez con la compañía para la que trabaja. Otra vez por no renunciar a sus principios. Otra vez por defender la independencia del artista y sus derechos como persona. Otra vez por enfrentarse a la maquinaria industrial que todo lo arrasa y que usa al autor como mero juguete de trapo obviando sus deseos.
Cuando todos pensábamos que había anunciado otra vez su retirada parcial del mundo del cómic resulta que, otra vez, tampoco era para tanto.
Y claro, como otras veces, salen defensores y detractores de su decisión.


Y otra vez, como siempre en este tipo de discusiones, defensores y detractores tienen razón cuando se centran en el detalle de la cuestión y otra vez, como siempre, se equivocan cuando generalizan.
Al fin y al cabo todo el mundo sabe que Moore volverá otra vez a una de las grandes para maravillarnos con su talento y dejará con cara de tonto a todos los defensores de la independencia editorial. Y mientras vuelve, parirá otra vez un racimo de obras que dejará a sus detractores con cara de tonto al ver lo que un genio puede hacer cuando tiene libertad total.
Ahora toca esperar a la próxima noticia relacionada con el barbudo que será más de lo mismo y que las opiniones que despertará serán más de lo mismo y que acabará con más de lo mismo. No deja de ser curioso que un hombre tan bohemio en su vida personal sea tan predecible en su faceta profesional. Y no deja de ser curioso también que cada vez que anuncia una de estas decisiones entremos todos al trapo como si fuera la primera vez.
Alan Moore, genio y figura. Otra vez.
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