Hablando de Julio en Agosto
(Sí, éste es uno de esos textos que hay que aprovechar el verano para poder colarlos en un weblog sobre tebeos, porque todo el mundo está de vacaciones en vez de leyendo esto)

Salinas era el ídolo de los niños. Concretamente, de aquellos niños que cuando le veían actuar vestido con la camiseta de la selección española decían "Eh, si él puede ser futbolista, yo también!". Porque Maradona parecía más un malabarista escapado del circo que un delantero, Romario quedó retratado a la perfección con la definición de Valdano "un futbolista de dibujos animados" y Ronaldo era demasiado rápido y estaba demasiado delgado como para intentar emularle. Pero el estilo heterodoxo y ¿lo digo? GENIAL! de Julio Salinas parecía al alcance del niño más torpe del patio del colegio
Con esto no quiero decir que Julito fuera malo, válgame ROB! Unas cuantas ligas consecutivas, copas del Rey, de Europa, Recopas, Supercopas y más de cincuenta participaciones con la selección (donde metió más de veinte goles) le avalan. Simplemente, era diferente. Era único. Era como tú
...y así termina mi explicación de por qué la mitad de los niños de España quieren dibujar como Cels Piñol
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